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No hay nada que se le asemeje. Es el campeonato que todos quieren ganar. Es el más antiguo, el de más tradición, el que representa la historia misma del golf. Todo golfista sueña con caminar esas últimas 150 yardas del hoyo 18 del domingo recibiendo la ovación del público que colma las tribunas a ambos lados del fairway. Este año la sede del campeonato será Royal Birkdale, en la costa oeste de Inglaterra. El club fue el anteúltimo en entrar a la rotación del campeonato, Turnberry fue la última, y recién en 1955 recibió al Open por primera vez. Royal Brikdale tiene algunas cosas que lo distinguen del resto de las canchas de la rotación y la primera que salta a la vista en su club house. Para los que nunca lo vieron no esperen un clásico edificio británico. De color blanco y líneas que poco tienen que ver con lo que estamos acostumbrados, el house es lo primero que resalta en el club. La cancha es una de las mejores de la rotación, pero muy pocas veces se la reconoce como se lo merece. Todo está frente al jugador, los greens no tienen mucho movimiento y cuando el viento sopla puede transformarse en un monstruo difícil de domar. Aquí se puede hacer muy poco, como cuando en 1991 Ian Baker Finch salió como líder el día final, anotó 29 golpes de ida y selló su triunfo, pero también se puede poner complicada la cancha y sino pregúntenle a Mark o´Meara que en 1998 ganó con par, o a Padraig Harrington que en 2008 retuvo el título completando los 72 hoyos en 3 sobre par. La lista de ganadores en Birkdale es una con la que todo club sueña y todos ellos, salvo Baker Finch, ganaron múltiples majors en sus carreras. Una de las semanas más esperadas del año ya está con nosotros. Es el Abierto Británico, British Open, The Open Championship, o simplemente The Open.