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Esta semana le toca a los hoyos finales que más me gustan. Hay algunos en donde el mar entra en juego, otros que por su dificultad nos han brindado finales inolvidables y alguno que por gusto particular lo elijo. Acá se los dejo:
10. Oakmont: El lugar en donde Ángel Cabrera selló un triunfo histórico es un par 4 fenomenal. El golpe de salida es hacia abajo con una zanja por la izquierda y bunkers por la derecha. El approach a un green elevado y con mucho movimiento debe ser muy preciso para no quedar en riesgo de tres putts. Cuando se tira con el pitch como hizo el cordobés es todo más fácil.
9. Riviera: La semana pasada destacábamos este hoyo, uno de mis favoritos. Otro par 4 temible con un golpe de salida semi ciego y un approach con el club house detrás que debe ser perfecto. Un gran hoyo para definir.
8. Streamsong Black: Todo lo que no me gustó del diseño de Hanse, todo lo que me fascinó el hoyo final. Un par 5 en donde el golpe de salida no dice mucho, pero a partir de allí son tantas las decisiones que debe tomar el jugador que lo hacen un hoyo fabuloso. Son 586 yardas desde el fondo y los más largos podrán tomar el riesgo de tirar en dos. Si se opta por jugar a buena, el tercero con el wedge no es nada fácil a uno de los pocos greens lógicos que tiene la cancha.
7. Kapalua: El par 5 final de 635 yardas en bajada, el Pacífico y la isla de Molokai al fondo hacen de este hoyo uno de los más fotografiados del mundo. Sede del primer torneo del año en el PGA Tour nos ha dado finales inolvidables.
6. PGA National, Champions: Un par 5 doble dog leg con agua pegada al green hacen del hoyo final del Honda Classic uno de mis favoritos. McIlroy pegó allí una madera 5 inolvidable hace unos años..
5. Carnoustie: Del tee del fondo casi no se ve el fairway, el arroyo entra en juego para el drive y para el segundo golpe, con el fuera de límites muy cerca del green. La peor pesadilla debe ser llevar uno de ventaja y tener que jugar ese hoyo. A Van de Velde no le alcanzaron 3.
4. Doral, Blue: Si hoy sigue siendo un desafío para los mejores, imagínense lo que era ese hoyo final hace 30 años. El agua juega para el golpe de salida y para el approach, en un par 4 en donde no hay escape.
3. The Belfry: No es una gran cancha, pero tiene uno de los mejores hoyos finales que haya visto. El drive es una pesadilla y el segundo golpe a un green de 3 niveles requiere gran control de la distancia. Vicente Fernández embocó aquí desde 30 metros para ganar el English Open. Un hoyo testigo de varias definiciones en la Ryder Cup
2. Pebble Beach: A quién puede no gustarle ese par 5? Uno de los más escénicos del mundo con peligro por ambos lados del fariway. Lugar soñado.
1. Corales: Es difícil pensar en un hoyo final más lindo que el de Pebble, pero este par 4 en Punta Cana es inigualable. El golpe de salida es por sobre una entrada del mar y el jugador tiene que decidir por donde cruzar. El año que viene será sede de un torneo del PGA Tour y lo podrán disfrutar.