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DÍA 4 El destino quiere que sean casi siempre los mismos hoyos los que definen los campeonatos. El par 3 del 17 en Pebble Beach ha sido desde aquel primer US Open en 1972 el lugar en donde se producen los golpes más espectaculares y en donde el campeonato se decide. En otro día perfecto para jugar al golf en Pebble Beach fueron varios los que arrancaron como para poner nervioso al líder, entre ellos Brooks Koepka que logró 4 birdies en los primeros 5 hoyos, pero que no aprovechó el 6 y que de allí en más solo logró un birdie (11). Igual llegó al hoyo final con chances y con Gary Woodland complicado en el 17 todo parecía indicar que tendríamos hoyos extras. Si hubiéramos tenido que apostar a quién se iba con dos golpes en ese momento, estoy seguro que la gran mayoría hubiéramos puesto la plata a que Koepka lo lograba en el 18. De haber sido así el campeonato hubiera quedado empatado, pero Woodland produjo uno de esos golpes que quedarán en la historia del US Open, mientras que Iceman solo se iba con par en el hoyo final. Esto le dio una gran tranquilidad a Woodland que jugó el hoyo final con dos de ventaja y logró el birdie para mejorar el récord de Tiger en Pebble Beach. Para llegar a ese momento Woodland hizo muchas cosas muy bien, como el segundo golpe del difícil hoyo 2 y los tres golpes perfectos que pegó en el 3. Esos dos birdies de entrada calmaron sus nervios, no se desesperó cuando no bajó el 6, embocó un gran putt en el 7 para salvar el par y en el 9 empezaron las dudas que todo líder del US Open tiene en algún momento de la ronda final. Capeó el temporal, tuvo algo de fortuna cuando falló su golpe de salida en el 13, pero en el 14 le mostró al mundo que había venido a ganar. El segundo golpe en el par 5 fue extraordinario y le dio la confianza para jugar los últimos capítulos. Un nuevo ganador de major que siempre fue un gran pegador, pero que tenía muchas falencias alrededor y sobre el green. Trabajó en esa parte del juego y hoy es el campeón del US Open. El chip del 17 vivirá por siempre en su memoria y en la de todos nosotros.