Francisco Alemán
Muchas veces me habrán escuchado decir que en el PGA Tour solo basta una buena semana para que el año de un giro de 180 grados. Para Joaquín Niemann esa semana llegó en el Travelers.
A fines de 2018 el Club de Golf Los Leones me invitó a su abierto, que ganara Niemann con score récord, y allí me encontré con muchos amigos de años, todos felices por lo hecho por Niemann en su primer año como profesional. Todos ellos me preguntaron qué opinaba de Joaquín y mi respuesta fue que se trataba de un chico con un gran juego, pero con una madurez difícil de encontrar en otros jugadores de su misma edad. También dije que esta segunda temporada en el PGA Tour sería quizás más difícil que la primera para él. Los motivos que me llevaban a decir esto eran dos. El primero tenía que ver con que en el comienzo de la temporada 2018/19 y hasta después del Masters Nieman iba a tener que enfrentar canchas que jamás había jugado antes, y el segundo tenía que ver con que ahora tenía la obligación de jugar bien y de salvar su tarjeta, cosa que el año pasado no tenía.
La temporada no comenzó de la mejor manera y hasta el Masters había jugado 14 torneos con un solo top 10, terminó 10º en Las Vegas, falló 4 cortes y su mejor actuación sacando ese top 10 había sido el puesto 37 en Valspar. Hasta allí figuraba en el puesto 144 de la Fedex Cup, pero cuando falló los cortes en New Orleans y en el PGA Championship cayó a la posición 158. Las señales de alarma se prendieron porque no quedaban muchos torneos y los resultados no aparecían, pero a partir de Memorial las cosas fueron mejorando hasta llegar al Travelers. Allí logró su mejor colocación en el año terminando empatado en el quinto lugar, posición que volvió a ocupar esta semana en el Rocket Mortgage Classic. Bastó una buena semana para que Niemann volviera a jugar como lo había hecho el año pasado y volvió a demostrar toda su capacidad y madurez para afrontar situaciones de altísima presión, ya que luego del US Open quedaban solo 7 torneos antes de llegar a los play offs. A partir de ahora no me sorprendería si esa primer victoria llega para Niemann en las próximas semanas.
Si hablamos de una buena semana también tengo que referirme a cómo terminó nuestro viaje por las Islas Británicas. Salimos sorteados en el ballot y pudimos jugar el Old Course en el único día que nos tocó lluvia, que por suerte paró luego de los dos primeros hoyos para transformarse en una tarde perfecta para jugar. La emoción de Junior en el tee del 1 y después en el puente del 18 se veía en la cara y la foto juntos en el puente será enmarcada y colgada en la oficina. Recibí muchos comentarios sobre la columna de la semana pasada de amigos y desconocidos que ya estaban pensando en hacer un viaje con sus hijos a Escocia. Les puedo asegurar que no tiene precio, y si pueden, no duden ni un instante en hacerlo. Es algo que jamás olvidarán.