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The Spirit International Amateur es un torneo de golf creado en 2001 y que se juega cada dos años. En el mismo participan alrededor de 20 equipos integrados por dos mujeres y dos hombres con el formato de mejor pelota. Son 54 hoyos en donde hay premio a la suma de ambas parejas, al mejor four ball de mujeres, al mejor four ball de hombres y a los jugadores que más hoyos bajo par jueguen. No es quizás un torneo muy conocido, pero por allí han pasado los nombres de Lorena Ochoa, Jordan Spieth, Paula Creamer y Brandt Snedeker por nombrar algunos de los más famosos. Todo se debe a la visión de Corby Robertson, un multimillonario tejano que tuvo la visión de crear un lugar como Whispering Pines para que sea la sede de el torneo. El lugar está ubicado a hora y media de Houston y además de la cancha de golf cuenta con un lugar llamado Camp Olympia. Este es un sitio dedicado a todas las actividades que se les puedan ocurrir: canchas de fútbol, baseball, básquet, caballos, deportes acuáticos en el lago y unas barracas para albergar en este caso a los jugadores del torneo, pero que durante el año se usan para darle alojamiento a los distintos grupos que van de campamento allí. En lo que a golf se refiere, la cancha está catalogada como una de las mejores de Texas, y cuenta con una cancha de par 3 llamada The Needler en donde el miércoles se realizó un torneo con un premio muy especial al que hiciera hoyo en 1: un Rolex que fue a parar a la muñeca de uno de los jugadores del equipo suizo. Francia en el combinado, Corea del Sur en las damas y Estados Unidos en los caballeros fueron los ganadores. Un australiano fue el que más birdies hizo (20) y una coreana fue la que más hoyos bajo par jugó (17), y vale aclarar que cuenta con solo 12 años. Les tocó a las chicas argentinas jugar con Corea el segundo día y fue un espectáculo digno de ver lo que hicieron esas dos chicas. Los nuestros (Ela Anacona, Macarena Aguilera, Mateo Fernández de Oliveira y Jesús Montenegro) no tuvieron una buena actuación y terminaron empatando el puesto 16. Para mí fue la primera experiencia como capitán en The Spirit y fue una inolvidable. Nunca había estado en un torneo de amateurs con semejante nivel de organización. Todos los detalles están cubiertos y solo un ejemplo lo demuestra. El segundo día hizo mucho frío y la organización mandó a buscar calienta manos para los jugadores que se los repartieron en el hoyo 9. En dos años volverá a prenderse la antorcha en The Spirit y otros jugadores podrán disfrutar de una semana como pocas.